Ansiedad

¿Tengo ansiedad?

Últimamente te sientes inquieto, nervioso o más tenso de lo habitual.

Hay momentos en los que tu respiración y tu corazón se aceleran sin que puedas controlarlo. Sientes mareo, sudas, tiemblas.

Tienes una preocupación recurrente que te impide pensar en otra cosa.

Te sientes cansado, pero no puedes dormir.

A veces sientes un miedo irracional que llega a convertirse en un ataque de pánico.

Si alguna de estas situaciones es familiar para ti, es muy probable que estés sufriendo ansiedad.

No es bueno que alargues el estado de ansiedad en el tiempo, el miedo puede llegar a paralizarte encerrándote en casa y llevándote a un aislamiento social. Y también puede derivar en problemas físicos más o menos graves, como migrañas recurrentes, trastornos del sueño, problemas gastrointestinales, cardiovasculares o pulmonares.

Dejar que una persona, que conozca bien este problema, te ayude a identificar las causas, es el primer paso para empezar a recuperarte.

Qué es la ansiedad generalizada

Es la preocupación continua y excesiva por temas relacionados con la vida diaria, como puedan ser el rendimiento laboral o escolar. Este estado de constante preocupación, que afecta mucho más que a la mayoría de la gente, en ocasiones resulta muy difícil de controlar.

Se tiende a pensar lo peor, a anticipar desastres, a darle vueltas a los mismos temas, a preguntarse “qué pasaría si…”.

Hay una preocupación desproporcionada por cualquier tema como el dinero, la salud, la familia, el trabajo, etc. Por ejemplo, si un familiar se retrasa es habitual pensar que puede haber tenido un accidente o que algo grave le pueda haber pasado.

Otras veces las preocupaciones pueden centrarse en pequeñas cosas como llevar el coche al taller, llegar tarde a una cita, tareas por hacer, etc. En cualquier caso, la intensidad, duración y frecuencia de las preocupaciones son exageradas e interfieren en la realización de otras tareas y en la capacidad de concentración.

A pesar de tener la consciencia de estar exagerando resulta muy difícil relajarse y este estado de tensión permanente impide dormir adecuadamente por las noches, por lo que no es extraño que se padezca insomnio, y que se esté en un estado de irritabilidad continuo.

Características de la ansiedad

La ansiedad suele ir acompañada de algunos síntomas físicos muy característicos como temblor, tics o movimientos nerviosos, tensión muscular, dolores de cabeza, irritabilidad, sudoración, sofocos o manos frías.

Es muy habitual sentir mareos o falta de aire, ya que la tensión a la que estamos sometidos hace que la respiración sea superficial y muy rápida, y eso hace que se tienda a hiperventilar.

También se pueden sentir nauseas y tener diarreas o molestias gastrointestinales, o una especie de nudo en la garganta que impide tragar con normalidad.

Otra característica habitual es sobresaltarse con facilidad, por ejemplo, al sonar el teléfono.

Cómo superar la ansiedad

Con la terapia adecuada puedes aprender vivir una vida libre de ansiedades y preocupaciones.

Basta con que te comprometas a poner en práctica una serie de habilidades y estrategias:

Afronta adecuadamente situaciones difíciles y estresantes

Es importante que aprendas a:

  • Enfrentar una situación difícil como un reto, no como una amenaza.
  • Buscar soluciones en vez de tener la mente bloqueada por pensamientos negativos
  • Pedir ayuda cuando sea necesario
  • Poner en práctica técnicas de solución de problemas

Dedica tiempo ti mismo

A veces estamos demasiado ocupados o priorizamos las necesidades de los demás por encima de las propias. Esto es un grave error porque hace que nunca saquemos tiempo de calidad para nosotros mismos.

Es importante que busques un equilibrio sano entre tus ocupaciones y tus necesidades de descanso, que dediques una parte del día a ti mismo en vez de dedicar todo tu tiempo al trabajo, a los demás o a las tareas domésticas.

Interpreta las situaciones de modo realista

Debes observarte y evitar la tendencia a exagerar, a ser excesivamente perfeccionista o a centrarte en lo negativo. Debes intentar tener un pensamiento constructivo, si por ejemplo alguien se retrasa no pienses solo que le ha pasado algo malo baraja otras posibilidades como que haya un atasco.

Practica técnicas de relajación

Dada la gran tensión a la que está sometido tu cuerpo cuando tienes ansiedad, la relajación se convierte en una parte muy importante de la terapia.

Aprende alguna técnica de relajación y practica al menos unos 20 minutos al día.

Otras técnicas como yoga o meditación también pueden servirte de gran ayuda si las practicas regularmente.

Practica técnicas de respiración

Las personas con ansiedad suelen tener tendencia a hiperventilar.

Aprende a respirar correctamente y practica varias veces al día.

Haz respiraciones profundas y lentas, inspirando por la nariz hasta llenar los pulmones de abajo arriba (como si empezaras llenando de aire el abdomen), retén el aire un momento y luego expúlsalo lentamente por la boca.

Haz estos ejercicios cada vez que te acuerdes. Así serás consciente de tu respiración y te darás cuenta de cuándo tu propia tensión te está ahogando.

Es posible que al principio, cuando intentes respirar profundamente, la propia tensión en tus músculos te haga temblar ligeramente o notes que te cuesta trabajo llenar tus pulmones, eso te mostrará la cantidad de estrés que padeces y cómo te afecta. No te rindas, con un poco de práctica aprenderás rápidamente.

Material de ayuda

Libros sobre la ansiedad

Tratando… trastorno de ansiedad generalizada

Pablo Romero y Aurora Gavino Lázaro

Sinopsis: Las preocupaciones forman parte de nuestra vida. Nos preocupamos diariamente por aquello que nos resulta relevante. No importa la edad, las preocupaciones están con nosotros. Algunas personas están tan invadidas por este tipo de pensamientos que les interrumpe cualquier actividad. Están atentos a lo que ocurre a su alrededor, de manera que pequeñas situaciones se magnifican, y no pueden o no saben evitar preocuparse continuamente por ellas. Cuando se produce este tipo de situaciones, hablamos del trastorno de ansiedad generalizada. Las personas que sufren este trastorno acuden al psicólogo clínico quejándose de ansiedad. No perciben sus preocupaciones excesivas como un problema, ya que «preocuparse es bueno» y «todo el mundo se preocupa». Las reticencias, las dudas y las negaciones a aceptar el planteamiento diagnóstico son muy frecuentes en estos pacientes. El terapeuta tiene que identificar el foco del sufrimiento del paciente y explicárselo para poder intervenir de manera adecuada. En este libro los autores presentan situaciones habituales durante las sesiones de tratamiento con personas que sufren el trastorno de ansiedad generalizada, y nos exponen cuáles son las técnicas más adecuadas para resolverlas y cómo aplicarlas.

Películas acerca de la ansiedad

La ansiedad de Veronika Voss

La ansiedad de Veronika Voss

Rainer Werner Fassbinder (1982)

Sinopsis: Una famosa actriz alemana en el ocaso de su carrera recurre al alcohol y a las drogas con la esperanza de recuperar la fama perdida. Ésta es la última parte de la trilogía de Fassbinder sobre el desmoronamiento de los sueños de la Alemania Occidental de la posguerra.

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